domingo, 7 de julio de 2013

Me duele el corazón


Son casi las 7 de la mañana cuando un axiliar trae un nuevo papel de un paciente que ha venido al servicio de Urgencias. De 21h a 8h no hay triaje, así que desconocemos el motivo de consulta, aunque normalmente lo preguntan los administrativos para que podamos orientarnos.

El axiliar me comenta que el paciente viene por mareo y opresión torácica, así que enseguida lo paso para que las compañeras de enfermería le vayan haciendo un electrocardiograma y una analítica con marcadores cardiacos para ir adelantando.

Manuel es un hombre de 69 años que vive solo. Es hipertenso; pero no tiene diabetes. Estuvo ingresado en Cardiología por un síndrome coronario agudo, siendo el cateterismo completamente normal. Ahora no se detecta ninguna patología en el electro, por lo que podemos tranquilizarle un poco mientras los compis de laboratorio hacen su trabajo.

Manuel me cuenta que hace unos días su psiquiatra le ha modificado la medicación y que, cada vez que lo hace, se encuentra un poco mareado (ya le ha pasado varias veces). Me dice que tiene "una angustia" en el pecho... Le pregunto un poquito por qué le ve el psiquiatra y, mientras yo voy viendo el porqué real en su historia clínica, él me responde que es porque tiene "muchos nervios". Tras explorarle, le informo que, de momento, no parece que sea nada cardiaco y que le avisaré cuando tenga todas las pruebas, así que aviso a un celador para que se lo lleve a Radiología.

Mientras tanto, en Urgencias la cosa se nos complica un poco: una taquicardia ventricular que hay que cardiovertir, una perforación de una úlcera por la hay que llamar corriendo a Cirugía, un edema agudo de pulmón... Los compis de Laboratorio están a tope, así que hay resultados que tardan un poquito en salir.

Cuando ya tengo todos los resultados de las pruebas complementarias de Manuel, las comentó con el adjunto y está de acuerdo conmigo en darle el alta.

Llamo a Manuel, lo paso a una habitación, cierro la puerta y me siento a su lado. Le informo de que todas las pruebas son normales y que no hay por qué preocuparse por una parte de su corazón; pero que hay otra parte que no está bien. Él me mira extrañado y es entonces cuando le pregunto cuándo falleció su mujer. Su mirada se humedece y me dice que hace poco más de 5 años. Hablamos un rato sobre el duelo, sus hijos y sus nietos. No me canso de decirle que siempre se acordará de su mujer y que manejar el dolor que le causa lleva su tiempo, que éste nunca desaparecerá del todo... Acordamos llamar a su hija por teléfono para que venga a recogerle. Cuando hablo con ella, intento tranquilizarla, pues no es nada agradable que te llamen de Urgencias porque un familiar está allí. Un ratito más tarde, ella llega y la hago pasar, y hablamos los tres durante un buen rato. Planteamos varias opciones: seguir visitando a su médico y a su psiquiatra, ir a vivir con su hija unos meses para estar acompañado, llorar cuando le apetezca... Les despido en la puerta y se van los dos juntos.

Me despido de mis compañeros deseándoles una buena guardia y algunos se sorprenden de verme aún por allí. Cuando quiero salir del hospital son casi las 10:30h; pero hoy me voy completamente realizada y con la sensación del trabajo bien hecho.


martes, 2 de julio de 2013

Pasan los días casi sin darme cuenta

Ya ha pasado casi mes y medio desde que aterricé en el hospital y aún sigo en una nubecilla. Todo me sigue pareciendo genial.

Esta mañana me he enterado que iré (casi con total seguridad) al Congreso de Medicina Interna el próximo mes de noviembre. Ahora estamos ultimando las comunicaciones y los casos clínicos que queremos presentar. Da gusto trabajar en equipo y que todo el mundo ponga su granito de arena :)

Por otra parte, este jueves tengo mi sexta guardia ya. Cada vez cogiendo más confianza a la hora de orientar a los pacientes, aunque siempre hay algo que se me olvida preguntar. No me veo lo suficientemente autónoma y siempre pregunto si hago bien pidiendo determinadas pruebas complementarias y si voy por buen camino. Aquí los Rs mayores (y algunos adjuntos) se merecen una mención especial por la paciencia que tienen con nosotros.

En la planta tenemos patologías muy variadas. Desde hace un par de semanas, mi tutora me deja hacer los ingresos yo sola y luego ella pasa a echarles un vistazo por si se me ha pasado algo. De momento, parece que no lo hago mal :P

Sin embargo, me cuesta encontrar momentos para estudiar. Las horas se me pasan volando y me faltan horas en el día para ver todo lo que me gustaría. Sobre todo me veo floja en fármacos porque no conozco todos los nombres comerciales, dosis, espectro de acción de los antibióticos... Muchos detalles que aún tengo que pulir; pero espero aprender poco a poco.

Lo mejor de todo siguen siendo mis pacientes. Les recibo y les despido con una sonrisa, intentando atenderles lo mejor que puedo. Eso sí, a más de uno tendría que decirle que no existen pastillas que quiten 30 años xD

P.D.: Mucho ánimo para todos los que empezáis a prepararos el #2MIR14 en estas semanas. Os aseguro que el esfuerzo merece la pena :)


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